miércoles, 21 de febrero de 2007

Me duele...

... mi país.

Por eso, en mi currículum, en lugar de poner:
Nacionalidad: Iraquí

he puesto:
Nacionalidad: Mesopotámica


Pienso en los que se detendrán dos minutos a mirar mi historia de papel, esa que reparto por todos los buzones para encontrar un trabajo y vivir.

Algunos pensarán que ha sido un descuido y con suerte, no relacionarán Mesopotamia con mi país.

Pensarán en la tierra de los dos ríos que según la leyenda, regaban los jardines del Edén.


Otros reirán.

Incluso habrá quien no le de más importancia, y me coloque en la bandeja de los preseleccionados... (ojalá)

Y sin duda, alguien dirá: "Que lástima... le duele su país."



N.A. Basado en una historia real, ocurrida el día 21 de un Febrero cualquiera, en una oficina cualquiera, durante un proceso de selección cualquiera...

viernes, 16 de febrero de 2007

Trueco truco

Cuando las cuentas no cuadran es fácil saber por que.

Casi siempre se trata de un baile de números.
Si, si... que bailan!
Cuando nadie les ve, los números hacen de las suyas.

Los sietes, tan apuestos ellos, se tiran por los suelos y hacen breakdance.

777

Los doses son más de tangos...

Y el tres, en cuanto ve que el ocho está bailando se le acopla... por detrás...

8 3

Un par deorondos ceros pasan de todo, y miran de reojo a esos dos ceros renegados con corsé que se están acercando sospechosamente a un tres con el cubata en la mano... con quien sabe qué oscuras intenciones...

00         8 3

Los malos, los delatores del fiestuqui siempre son los 9. Ahora lo veréis.

Si el descuadre suma nueve, o multiplo de nueve, já! Ha habido baile!

Si, si... que es así.

¿Que el 798 se ha convertido en 789?

Ná, se coge la calculadora, se restan los números y...
¡Ahí está el 9, el Judas de los números, el acusica de la clase...!

El 35 se convierte en 53... una resta y la diferencia es 18.
Pero que no te engañe el 18 ése.
¡Sigue siendo el nueve, pero doblao!

Ahora ya lo sabéis, cuadrar un balance es sencillísimo...solo se trata de dar un repaso a la "pista" para encontrar a ese par de "despistados" que bebieron de más y se cambairon el sitio.

¿Alguien tiene truquis para cuando lo que no cuadra no son los números?

¿Hacemos un trueque de truquis?

...

miércoles, 7 de febrero de 2007

Página 123

Cojo el testigo que dejó en el aire la Crazy, y sigo con este Meme.

Se trata de coger el libro que tengas más cerca, ir a la página 123, saltarte las 5 primeras oraciones y escribir las 3 siguientes.

Cómo desde donde escribo hay muuuuchos libros, he tenido que escoger uno sólo.
Dejo a un lado los diccionarios, las enciclopedias, los atlas, y pienso que los libros son la hostia!

Me doy cuenta que tengo "Los mejores chistes de Lepe" junto a "El proceso" de Franz Kafka, y que mis estanterías son de todo, menos clasistas.

Me cojo... a Carme Riera, porque me encanta como escribe esta mujer... Elijo uno de mis favoritos, ya... pero...

Es un libro muy cortito. Pero tiene página 123. Es el epílogo, la dedicatoria de "Te deix, amor, la mar com a penyora". No me puedo saltar las 5 primeras oraciones, porque sólo tiene 7 frases ésta página, y las traduzco.



A Eva, a la mujer.
A los que no están del todo...
A los que pasean del brazo de la anormalidad.
A los difíciles.
A los aislados.
A los pervertidos.
A aquellos que les turba la belleza.

Pero también a todos los demás.

Ciudad de Mallorca - Barcelona, 1971-1974.

Y me doy cuenta que Carme Riera también me dedicó este libro a mí... sin conocerme de nada.

Y a quien le apetezca, pues que siga con el "Meme"...

martes, 6 de febrero de 2007

Si sale con barba...

Ando con la cabeza un palmo más arriba de su lugar físico. Porque estoy obviando mis limitaciones (asumidísimas las tengo, de verdad) para con la aguja y el dedal.

Normalmente cuando hago "limpieza" de armario, es mi madre la que dice: "Oissss... ¿Y lo vas a tiraaaaar?".

Y no sé si por las necesidades que pasó en su juventud, o por otra oculta razón, acaba llevándoselo todo, y lo recicla.

El reciclaje de ropa materno consiste en "desguazar" la ropa aprovechando todo lo aparentemente inaprovechable.

  • Reciclado de cremalleras (las mete en una lata de dulce de membrillo del año de mariacastaña, con la santa cena estampada en la tapa, que si la viesen los del Codigo da Vinci les inspiraba para hacer El Código da Mater).
  • Reciclado de botones (tiene un bahúl lleno de botones con el que me encantaba jugar de pequeña, ejemmm... y de no tan pequeña. Los de nácar... me gustan un montón, tocar botones es una terapia baratísima).
  • Reciclado de telas de algodón (hace "trapos" pal polvo)
  • Reciclado de adornos ("por si hacen falta" inundan los cajones de una vieja máquina "Refrey" verde automática que hace festones)
Ya no recuerdo cuantas muñecas de trapo han tomado vida en sus manos, utilizando todo el arsenal de su "cuarto de los trapos". Lo único que comprábamos eran los ojos de las muñecas... Unos ojillos de cristal que vendían en "La Esmeralda". El paraíso de los primores, que dice mi madre. A veces los ponía celestes (son los que más le gustan a ella), a veces castaños, o color miel, casi amarillos... y a mi me gustaba ponerle en pelo del color de los ojos. Pues en eso estoy. He decidido jubilar una blusa, blanca, con bordaditos y eso, pelín desfasada. Y haré una muñeca. Y aquí estoy, con la cabeza en las nubes, pensando en cómo será mi muñeca. ¿Que nombre le pondré...? Espero no fastidiarla, porque va a ser mi regalo del día de la madre...
Espero que no me eche en cara mi conocida "falta de primor" para la costura... Eso sí, si lo hace, será como siempre con esa "sal" que sólo ella sabe poner a sus regaños. Sobre todo cuando me veía echar una hebra larguísima... era inevitable oirla decir: "La hebra de Maríamoco, que cosió un camisón y le sobró pa otro...". Ahora que existe el Google, voy a buscarlo. ¿ Quien demonios sería la tal Mariamoco? O cuando cogía el costurero pasadas las 7 de la tarde, sólo para oirla decir: "De día no veo y de noche me espurgo". ... pufff... la de veces... pufff... Y recurriendo al amplísimo repertorio de frases de la nueva dueña de la muñeca que nacerá, se me ocurre la que me decía cuando me veía tijera en mano: "si sale con barba, será San Antón, y si no, la Purisima Concepción" Espero, por mi bien, que no me salga San Antón...

domingo, 4 de febrero de 2007

Viajar con alma

Recuerdo los viajes a Mallorca en barco. Geniales. Barcelona-Mallorca en 8 horas.
Y tras 8 horas, con el cuerpo y el alma cansados ya podrías ir a Valldemossa, a Deiá, a La Cartuja… o a “La Casa del Vent”...



Y desde allí imaginar a la rebelde Madame Dudevant escandalizando a los aldeanos, fumando puros habanos. escondida tras el nombre y el traje de George Sand, mientras un romántico Chopin con tos inventaba para ella su mejor música.

Ahora, si vas en el Ferry, Barcelona y Mallorca se juntan en tres horas. Y no es lo mismo.

Es necesario viajar despacio. Planear el viaje, para disfrutarlo al máximo.
Tal vez por eso nunca he hecho viajes a lugares lejanos.
Porque para disfrutar necesito que mi alma me acompañe en el viaje.

Una vez viajé a Sevilla en avión. Fue un viaje imprevisto, y no tuve tiempo de pensar.

Mi cuerpo anduvo por Triana, la Plaza de España, el barrio de Santa Cruz… Se alimentó de puntillitas, flamenquines, sudó con las horas de calor… se refrescó con manzanilla… y clavó sus ojos en las ventanas, en las fachadas de las calles sin sentir la blancura, porque estaba vacío, porque no tenía alma.

Al volver, me encontré con mi alma, sentada en el mármol de la cocina, en esa postura tan cómodamente familiar que suele tomar mi cuerpo cuando está a solas con mi alma en la cocina…

Así que no tuve mas remedio que sentarme a su lado, y decirle que la había echado tanto de menos… que jamás volvería a viajar deprisa.

PD: Volví a Sevilla, en un viaje largo, pero esta vez fuí con mi alma, Y entonces entendí al río Guadalquivir cuando se quejaba:



“Me tengo que decidir entre Sevilla y Triana y yo no se cual elegir…
¡Ay! Quien pudiera fundir en un perfume
menta y canela…”

Me encantaría viajar...
nadar otras calles,
oler otros mares,
beber otros valles...
y  luego
regresar.


sábado, 3 de febrero de 2007

Quiero ser una tortuga

Corre, corre, corre...

Tengo que hacer las cosas deprisa.
Intento planificar, sacar unas horas de cada día para mirar
la gente que se cruza conmigo por la calle.
Pero los dias se atropellan unos a otros, sin permitirme ni
siquiera pararme a disfrutar de esas pequeñas cosas que
le dan sentido a lo que no lo tiene.
Al llegar la noche siento que otra vez se me fué el día
y no disfruté el camino.

Pero mañana es domingo, y mañana yo seré una tortuga.

Me levantaré tarde, y no me ducharé,
porque las tortugas no se duchan.
Me tomaré un café con leche sentada en el sofá.
Me fumaré un pitillo... o dos... o tres... despacito.
Me vestiré tranquila, sin prisas, y me miraré en el espejo mil veces
antes de que mi perro me saque a mí de paseo.
Iremos a donde el le de la gana.
Le dejaré hacer pis en cada esquina, en cada árbol...
Compraré el pan y El Periódico.
Y como una tortuga encenderé el CD... escucharé,
sin prisas... intentando disfrutar y conocer el camino.


  
La tortuga sabe más del camino que la liebre.