sábado, 19 de diciembre de 2009

Salustiano, de profesion, el campo.

Carlos Cano Fernandez nació por primera vez en el 46 en la provincia de Granada, España.

Pá buscarse l'habichuela emigró a Suiza vestido de mozo de hotel.

Pá buscarse un saco donde meter l'habichuela, emigró a Alemania.

Tiró pá Barcelona y mientras se partía el alma en el andamio, empezó a componer canciones.

Comprometido con sus creencias, fue considerado "excesivamente social ", y se le declaró persona "non grata" para el régimen.

A duras penas grabó su primer disco en el 75.

Y siguió viviendo y cantando hasta que murió y volvió a nacer en el año 95 en Nueva York, provincia de Granada.

Y hoy hace 9 años que nos dejó otra vez, pero para no volver.

Repartió su herencia de tipo "Q" a los necesitados.

Como yo lo necesitaba, heredé muchas cosas del tipo Q, de ésas que por más que las gastes nunca se terminan, sino todo lo contrario, van a mas. Cosas tipo Q, cómo ésta canción que cuenta de los Salustianos y de los señoritos y que me pone los vellos de punta cuando la escucho.



Hasta un pueblo d'Alemania ha llegao el Salustiano
con más de cuarenta años y de profesión el campo,
pá buscarse l´habichuela y ahorrar algunos marcos
y que pueda la parienta comprar algunos marranos.

Yo no creo que el sombrero les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de ná.

¡Que lo roban, lo roban!
Con cuatro palabritas finas lo roban.

En principio se hace dura sobre to la soleá,
esa gente chamullando no se le entiende ni atá.
Menos mal que algunas veces la embajada culturá
les mandan al Julio iglesias y a un tal Manolo Escobar.

Yo no creo que el sombrero les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de na.

¡Que lo roban, lo roban!
Con cuatro palabritas finas lo roban.

Y así s'acaba la historia del güeno del Salustiano
de tanto apencar los güesos otro gallo l'ha cantado.
Gallo dice que l'obrero de cachondeo está jarto,
si no hubiera ido a Alemania, no hubiera aprendío tanto.

Yo no creo que el sombrero les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de na.

¡Que lo roban, lo roban!
Con cuatro palabritas finas lo roban.


Descansa en paz, Carlos.

En Barcelona, provincia de Granada, a 19 de diciembre de 2009.
.
.

sábado, 12 de diciembre de 2009

No me quieras tanto

No me quieras tanto ni llores por mi.
No vale la pena que por mi cariño
te pongas así.
Yo no se quererte lo mismo que tú,

ni pasar la vida pendiente y esclavo
de esa esclavitud.
No te pongas triste.

Sécate ese llanto
.
Hay que estar alegre,
mírame y aprende.


No me quieras tanto.




No estoy siendo honesta ni justa con mi amor.
No lo estoy siendo en absoluto.

Y estoy siendo cruel...

Ayer me fui a dormir con una pena muy grande llena de -adas y de algunas -idas. De tan grande que era la pena, no cabíamos los tres en la cama (mi colegui, la pena y yo).

Decepcionada, malhumorada, angustiada, desorientada, abatida, incomprendida.

Enfadada conmigo misma por haberle transmitido a mi amor todas mis -adas y todas mis -idas, cuando él no tiene la culpa de que yo haya puesto mis propias ilusiones a su espalda, de que se las haya metido en la mochila, con el bocata de fuet.

Hoy me he levantado mejor.

Ayer traía mi amor 4 notas en la agenda (hacía un mes y medio que le pusieron la primera) y 8 asignaturas con la actitud suspendida.

Me enfadé, insistí en su futuro, en que la educación es básica, le guste o no, en que espero de él que estudie, que es lo único que le exijo.

Le dije a mi amor que yo sólo quiero que él sea feliz, que lucho sólo por eso, que le quiero y que la manera más facil que conozco para que sea feliz pasa por tener una formación escolar.

Y me dijo:

Pues vaya vida la tuya. No vale la pena que me quieras tanto.

Y a ésta madre se le caían las lágrimas de los ojos y le encharcaban el corazón.

Me dijo mi amor que él es un vago (se lo he repetido tantas veces que al final se lo ha creído), que le aburre estudiar, que se aburre en clase, que no le motiva seguir estudiando, y que cuando cumpla los dieciseis quiere trabajar en lo que sea...

Que hay cosas que no me cuenta, porque para eso tiene a su amigo.

Que no me enseñó las notas de la agenda para que lo le echase bronca.

Tengo amigas que ahora han tenido a su primer hijo, alguna que está esperando a que nazca su bebe. Y pienso que tal vez, sólo tal vez, hubiese sido más madura, mas experta... y mejor madre si hubiese esperado un poco más.

Hace muy poco tiempo, ayer mismo, recuerdo lo fácil que fué guiarle sus primeros pasos, enseñarle a hacer caca y pis en el váter, a vestirse solo... y qué dificil me resulta ahora.


No lo estoy haciendo bien.

Y no puedo evitar quererle, se ponga como se ponga le voy a querer toda mi vida.

Y hoy voy a empezar a pensar en los otros caminos. Lo prometo. Hoy voy a abrir mi cabeza, voy a escuchar sus pensamientos y voy a intentar entender su forma de pensar. Sin enfadarme, sin volcar culpas. Voy a asomarme a otros caminos...

Espero conseguirlo.
.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Bus 64

.

Transeúnte: adj. Fil. Que se produce por el agente de tal suerte que el efecto pasa o se termina fuera de él mismo.




.


Carta publicada en las "Cartas al director" de La Vanguardia del 27 de octubre de 2009:

Ir en bus me salvó la vida
Desde éstas páginas quiero dar las gracias a una desconocida, supongo que doctora...


Soy una transeúnte más, miope como tantos otros, intentando ver algo más allá de lo que ven mis ojos. ¿Que alcanzará a ver un Trasto?



El escritor ve lectores, el diputado, carnaza.
El mossén vé pecadores y yo veo a ésa muchacha.


Y miro al resto de viajeros del bus imaginando qué ven cada uno de ellos.



El revisor ve billetes. El sacamuelas ve dientes.
El carnicero, filetes y la ramera clientes.

Y deseo que Gloria siga mirando a los transeúntes como a íntimos desconocidos.



Los médicos ven enfermos, los camareros, cafés;
y yo sólo la veo a ella. La bella que no me ve.


Y deseo que Montse siga cogiendo el bus 64 durante muchos años.



De reojo se miran, de lejos se tocan,
se huelen, se evitan, se ignoran, se rozan...



Y sigo mirando y dejándome mirar, oliendo, rozando, intentando ver más.



La bella ve que la miran y el feo ve que no está
solo en este mundo que viene y va.




Y sigo preguntándome e imaginando qué verán el resto de viajeros. De la periferia al centro. Del centro a la periferia...



Y en el traqueteo de éste bus hipnótico
cada cual se inventa la suerte del prójimo...




Y que hubiera sido pasado si gente a la que conozco y a la que quiero se hubiese topado con una Gloria en el bus 64...
.
.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

Serenament

De entre els meus amics tú tens el rècord de cims, el Canigó, el Montcau, el Turó de l'Home, la Pica d'Estats...

De entre els meus amics tens els rècord de curses, de marxes, de rutes, la Matagalls-Montserrat, el Camino de Santiago, la Romànica de Navàs, la Montserrat-Reus...

De entre els meus amics ets potser la que mes pressa ha tingut...

Egoísta com soc, per mi la teva amistat ha estat un privilegi, una sort i un orgull del que he fardat sempre que he pogut, desitjant que se m'encomanés alguna cosa de la teva essència.

T'he plorat.

Molt.

Perque necessito plorar-te ara que plorar-te no em fa sentir malament. Per tot el que no t'he dit. Per tot el que no he fet amb tú.

I no sé ben bé que faig avui escrivint aixó, ara que ja no hi ets. Pero es que no puc deixar de pensar en tú.

Serenament has començat la teva darrera "marxa" cap als cims, sense motxilla, totalment nua, deixant el envàs malaltís i esquerdat a la terra baixa. I sense el envàs trencat i plé de remeis que no van servir perqué el mal no s'escampés, ja no et fan nosa els ossos, ni el cap, ni perderàs mai mes el equilibri.

Serenament et desitjo la millor pujada, i tot el sol i una mica de vent quan arribis a dalt. I a la nit freda un cel plè d'estrelles.

I un núvol blanc com el que va cantar Llach poc abans de que el teu cos es convertís en cendra.



Serenament, Elvira... només així et deixo que ara em deixis.


2 de Novembre de 2009



.

sábado, 24 de octubre de 2009

Un Rac y un 1

La vida no vale nada
si no es para padecer
porque otros puedan tener
lo que uno disfruta y ama.

De Pablo Milanés,
La Vida No Vale Nada






Cuando veia a Buenafuente en la televisión catalana con "La Cosa Nostra" (la mejor época de Buenafuente a mi parecer) me iba a dormir con un batiburrillo de ideas en la cabeza y con una sonrisa de oreja a oreja.


Agradecía mi suerte y me daba pena la gente que no podía hacer lo mismo que yo.
.
Creo que todo el mundo (sea del llamado primer mundo, el segundo, el tercero, el submundo, supramundo o inframundo) debería tener derecho a un ratito de risas al dia.


Y lo mismo me pasa cuando escucho "La Segona Hora" de RAC1, mientras noto como entran las ondas de la radio por mis orejas y se escapan por la ventanilla convertidas en un montón de sonrisas.


La semana pasada sufrí un ataque de ondas conversas debido al cual creí que no llegaba sana a casa.


Escuchaba la propuesta del Roger de Gràcia para el "Taller Literari".


Proponía el Roger un ensayo literario que acabase con la frase: "es per aixó que els catalans estem mes bons".


El ensayo ganador (ser ganador no comporta más gratificación que la de, con palabras propias, saberse provocador de sonrisas en bocas ajenas, y es que hasta en la radio, "la pela es la pela, tú" ) de Joan Bufi era éste, aunque el resto de ensayos tenían también su puntito...
.

Els nostres avantpassats esculpiren llurs cames ballant sardanes, llurs torsos treballant la terra i s’alimentaven de botifarra, criant d’allò que
menjaven.

És per això que els catalans estem més bons.
.

Nuestros antepasados esculpieron sus piernas bailando sardanas, sus torsos trabajando la tierra y se alimentaban de butifarras, criando de lo que comían.

Es por eso que los catalanes estamos más buenos.


No se si mi sangre andaluza jalea más la gracia y el salero de mi gente del sur o éste humor de la tierra donde he nacido que me ha calado en los huesos.


Pero creo que en un exceso de humores bien ligados, me reía con la sangre y con los huesos a la vez.


¡Ay señor!

martes, 13 de octubre de 2009

Basarda

.
Piensa que siempre estoy.
A todas horas y en cualquier lugar.
Sólo llámame y lo dejaré todo
para hacerte compañía.
.
El teu Àngel de la Guarda,
de Joan Manuel Serrat








Ya, ya sé.
Raíces y alas...

Raíces para que sepas dónde está la tierra que te alimenta.

Alas para que puedas volar a dónde tú quieras.

Debo ser la madre más miedosa del mundo porque cuando escucho ésta canción me da por llorar.

Porque he reído con tus sueños de risas, porque he velado tus noches de pesadillas infantiles, porque conozco el mar.

Porque conozco la mar me he acostumbrado a tener el faro siempre encendido.

Para llevarte a salvo a donde encuentres refugio, para que no se te trague la mar y te respeten las olas.


Y porque te amo más que a nada y más que a nadie, vigilo con celo de amante que nada detenga tu camino y que llegues sin apenas heridas allí donde la vida te espera.

Pero no me fío de tu ángel de la guarda.
.
Vaya a ser que la mar le haga "basarda"...
.
A mi no que no m'en fa.
.
Gens ni mica.

viernes, 2 de octubre de 2009

Cuando los perfumes venían de París

Cuando los perfumes venían de París la vida era más fácil.

Cuando los perfumes venían de París , mi madre me destrenzaba el pelo los domingos por la mañana y me metía en una bañera calentita y llena de espuma.


Cuando los perfumes venían de París, los lunes por la mañana me
tomaba un Cola Cao, me trenzaban de nuevo el pelo y me mandaban al colegio.

Cuando los perfumes venían de París, Avón llamaba a la puerta y mi madre no le abría.

Cuando los perfumes venían de París yo soñaba con Los Cinco de Enid Blyton y con Heidi de Johana Spiry.

Cuando los perfumes venían de París, yo pintaba en una libreta de espirales con mi caja de 36 rotuladores Carioca.

Cuando los perfumes venían de París, yo olía a Moussel cuando salía de casa, vestidita con mi uniforme, mis zapatos, mi falda y mi chaquetilla azul marino, mis calcetines, mi blusa y los lazos de las puntas de mis trenzas de color blanco.

Cuando los perfumes venían de París, no me preocupaba que un día fuésemos alguno menos en casa.

Cuando los perfumes venían de París yo era tan, tan inocente... y tan, tan feliz.





¡Han vuelto a comercializar el Moussel de Legrain!

Y hoy con un simple aroma, me vuelve a parecer que la vida otra vez es más fácil, que yo soy tan inocente como entonces, y que aún puedo ser tan, tan feliz...
.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Se equivocó la paloma

Se equivocó la paloma, se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo, que la noche la mañana.
Que las estrellas rocío, que la calor la nevada.
Que tu falda era tu blusa, que tu corazón su casa.

(Ella se durmió en la orilla, tú en la cumbre de una rama.)

Rafael Alberti




- ...

- Lo prometo, señor juez.

- ...

- No sabía que estaba robando. Yo creía que podía entrar y quedarme un rato si me apetecía.

- ...

- Creía que todas las casas eran mi casa, aunque estuviesen en otro barrio. Creía que podía entrar a leer lo que quisiera y que me podía ir sin decir nada...

- ...

- Se lo juro.

- ...

- No, no lo sabía...

- ...

- Algunas palabras se me quedaban pegadas a los ojos un rato, pero nunca me he llevado nada.

- ...

- Si, señor.

- ...


- Imagino que por vergüenza, por timidez, por desconfianza... no lo sé, la verdad.

- ...

- Intentaré dejar un aviso, o una nota diciendo que he entrado.

- ...

- Lo sé.

- ...

- Si, también he visto el cartel en la puerta...

- ...

- Lo entiendo, y lo acato, pero no le prometo que no vuelva a intentar forzar la cerradura.

- ...

sábado, 19 de septiembre de 2009

Agüita

En la oficina tenemos un modernisimo dispensador de agua con tres pulsadores. Por uno sale agua fría, friísima. Por el otro, agua a temperatura ambiente. Por el último, agua caliente para las infusiones.

El dispensador, de ultimísima tecnología
made in poland está dotado de un filtro de doble acción que evita posibles contaminaciones.

Podiamos optar entre agua de manantial y agua mineral, y por decisión mayoritaria, es de agua de manantiales
made in ni se sabe, explotados con el máximo respeto hacia el medio ambiente, lo que hace que, tras pasar múltiples controles de calidad, conserve su pureza original y una mineralización equilibrada, ideal para el organismo.

Para beber disponemos de vasos de papel ecológico,
made in italy, herméticamente envasados en paquetes de cincuenta, que garantizan una higiene absoluta.

Cada verano lo mismo (aunque en invierno, también).

No me gusta beber el agua helada, ni tampoco caliente. No me gusta esa agua pura que, de tan pura, sabe a pura asepsia.

Al final éste año he pasado del qué dirán (han dicho de todo) y he optado por beber el agua como dios manda, como se ha bebido siempre en casa y como más me gusta.

El agua con sabor a agua, con un toque terruño, a la temperatura ideal para mis dientes y mi garganta.


Y eso... que me he llevado el botijo a la oficina.
.

Fabricado íntegramente en La Bisbal.

¿Que pasa?

domingo, 13 de septiembre de 2009

Déjate llevar... imagina




Imagina que estoy enfrente tuyo...


Va, haz un esfuerzo.

Imagínalo.


Imagina que pongo las manos frente a ti, a la altura de los hombros... con la palma mirando hacia mí.


Imagina que los dedos índices se señalan uno a otro.


Venga, imagina...


Imagina que coges mis dedos. Como si empuñases una espada...


Va, venga... un esfuerzo.


Imagina...


Imagina que te soplo a la cara...








¿A que te parece que vas en bicicleta?

;·D
.

Influenza: flu

Es cuando llega el frío.

No el fresquito, no. El fresquito es sólo el preludio de mi alegría especial.

Es cuando llega el frío de verdad cuando me entra esa alegría especial.

La gente me pregunta por qué, pero yo no cuento nada, para que no se rían de éste antigüo secreto que me hace reír.

Y es que es inevitable.

En cuanto empiezo a notar que los tejados están blancos por la mañana, y que en cuanto salgo por la puerta mi aliento se convierte en humo, me entran ganas de reír y de cantar.

Y es el colmo de la felicidad cuando noto aquel picorcillo tan esperado y familiar en la garganta, y el olor del frío que se cuela por mi nariz y llega hasta mi frente, justo entre las cejas.

No, no. No es que me ponga en manga corta para provocar la llegada de los estornudos y de los ojos vidriosos. Espero que la sensación llegue por su cuenta. Es más bonito así.

Y cuando toda mi cara es la imagen viva de una congestión, cuando la cabeza está pero no está, entonces es cuando mi alegría es mayor. En el trabajo, entre estornudo y tos, tarareo una canción. Almas bienintencionadas me ofrecen una aspirina y o un frenadol que por supuesto agradezco y rechazo con una sonrisa.

Porque es entonces cuando llega la sensación, la bella sensación esperada desde el año anterior y que se reproduce invierno tras invierno desde hace ya muchos inviernos.

Dos palabras. "¿Te acompaño?".

Dos en plena calle, dos en pleno frío.

Dos esquinas antes de llegar a mi casa.

Dos horas de secretitos, dos bajo una farola apagada.

Dos cuerpecitos temblando, el mío, no era temblaba de frío.

Dos almas, dos puños apretados en los bolsillos de la chaqueta.

Dos manos curiosas en mi espalda.

Dos narices inexpertas que se chocan torpemente, ahora a la derecha, ahora hacia la izquierda...

Y un amor de resfriado que nació en una tarde para contagiarme el recuerdo de cada invierno...

.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

En punto bobo

.

Recuerdo aquellos tiempos en que te quería matar.

Otras veces te quería comer, sin morderte, para poder comerte de nuevo.

Mis apetencias se alternaban (comerte, matarte, comerte, matarte).

Se duplicaban (matarte, martarte, comerte, comerte).

Se encadenaban sin orden (comarte, materte, metorta, camorte).

Mis apetencias a veces se hacían lazos con artísticos y espectaculares moños, y otras veces eran tan comunes, como los velcros de mis zapatillas.

Había veces en que se ataban a mi estómago como nudos marineros amarrados al ancla más pesada por las manos más curtidas de la mar.

Incluso los he sentido silbar como cintas de colores en manos de una gimnasta que dibujaba círculos en el aire.

Círculos viciosos sin orden, sin principio, sin final.


Pero últimamente tengo inapetencia.

Me sorprende ésta indiferencia asesina.


Pero no me inquieta...

Aceptémoslo: la moda de éste otoño viene suave, tejida en gris y en punto bobo...
.
.

martes, 8 de septiembre de 2009

Virus esceptico: Severo y Angustias

Estoy de un escéptico subido que "pá" qué.

Después de comer, me siento 10 minutos en el sofá antes de volver al trabajo.
En ésos 10 minutos mi nivel de exigencia televisiva está bajo mínimos, lo se, y soy capaz de tragarme lo que me echen.

Es como las lecturas en el baño... ahí también baja el nivel de exigencia literaria. En el labavo, yo he leído desde propaganda del Lidl hasta etiquetas de los botes de jabón, de los desodorantes... pasando por revistas de ideología religiosa que me dejan en el buzón como si fuesen los mejores "best sellers".
Y ruego me perdonen

Pero nos desviemos del tema: La hora de la comida y mis diez minutos de tele.

Ayer tocó Telecinco, y el programa "De buena Ley", en el que el que dos personas que mantienen posturas opuestas en un conflicto tratan de oir los respectivos puntos de vista e intentan llegar a un acuerdo amistoso.

Ayer un marido llamado Severo había puesto límite de 500,00 € a la tarjeta de crédito de su mujer, que se llamaba Angustias.
La angustiada esposa reclamaba a su marido que no limitase sus gastos.
El severo marido llamado Severo se defendia con argumentos típicos y jugaba con el nombre de su angustiada esposa, llamada Angustias.

No pude ver el veredicto del juez, porque me tuve que ir corriendo a trabajar.
El caso: tópicos típicos. Vale.
Pero... ¿y los nombres? Severo y Angustias.

Y no me lo creí.
No puedo dejar de pensar que son actores, mira tú.
Y en que los guionistas deberían haberles puesto a los actores unos nombres menos explícitos.

Últimamente, yo, que me lo creía casi todo, no me creo nada.

Y encima lo comento.

Debe ser un virus.

Estoy de un excéptico total.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Pan Ancestral


- Mamá ¿cuando comeremos pan de hoy?
- Mañana, hijo. Mañana.

Dicho popular de "Ca la Trasto"


Allá por la prehistoria, cuando el día amanecía gris de lluvia, las madres cogían el paraguas, iban a la pescadería y traían a las casas un quilo "bien pesado" de boquerones de plata, sin preocuparse de si eran pescado blanco o azul, los limpiaban, los salaban, los enharinaban y los hacían "reír" en una sartén llena de aceite.
.
Mientras, los padres, que no tenían ni idea de lo de la pirámide de los alimentos, ponían en remojo el pan duro de toda la semana, le echaban sal, lo deshacían con las manos, lo escurrían y lo ponían en un plato.
.
Freían unos dientes de ajo en la sartén, con unos trozos de tocino fresco cortado a cuadritos.
.
Sin quitar nada de la sartén, freían un par o tres de cucharadas de harina hasta que se tostaba y se tornaba dorada.
.
Y añadían el pan remojado en agua y se ponían a remover.

Remover y remover la sartén, como si fuese la vida: sin prisas, pero sin pausas, como el "calabobos" que caía en la calle.

Y los más pequeños de la casa, se encargaban de lavar las uvas, de pelar y trocear una buena bandeja de naranjas, de poner en la mesa los vasos, los platos, la botella de vino y la gaseosa.

¡Y en un rato, llegaban las migas, los boquerones, las naranjas y las uvas dulces!


Yo las aprendí a hacer de mi padre.
Y mi padre, del suyo.
Y mi agüelo de su padre.

Y sin saber desde cuando existen, puedo jurar sin temor a equivocarme que las migas existen desde siempre.

Y seguro que en cielo, también hacen migas cuando llueve.


.
.

domingo, 26 de julio de 2009

1969 ¿Donde estabas entonces?

En 1969 yo casi estaba en el mundo, y el hombre pisó la luna.

Y en 1969 un Serrat de 25 años publica un disco dedicado a Antonio Machado.

Y en 1969, los puristas levantaron su voz y dijeron:




"A los grandes poetas hay que respetarlos, y no se les puede musicar"

Serrat, recordando a aquellos puristas, comentaba:

"No me atacaban a mi. Atacaban la incultura general del país.

.
En el año 69, un hombre culto literariamente era el que conocía a Machado antes de que el Serrat lo cantara.

.
La auténtica contribución a la poesía no ha de venir a través de un cantante popular, sino que ha de venir de un ministerio de educación y cultura que tiene que tener cualquier país.

.
Y si el país no conocía a Machado antes del 68 era culpa del ministerio de cultura que no se preocupó nunca de educar a su pueblo, y que hizo de la educación algo puramente clasista".

.
Y mientras más conozco a Serrat más le amo. Y le doy gracias por nacer antes que yo, y por dejar (¡a su edad!) que yo (¡a mi edad!) le ande metiendo mano cada vez que me da la gana.

Yo, de joven, también quisiera ser como él.
.

sábado, 18 de julio de 2009

Guiños miopes

Cuando era pequeña guiñaba los ojos para reconocer a quien venía por el otro lado de la calle, para leer lo que escribía la "seño" en la pizarra, para saber si era verdad que mi hermano nadaba hasta la línea de la playa y volvía, para ver las chuches de la estantería del kiosco.

Pero nunca los guiñaba para ver los dibujos de mis cuentos cosidos, ni para darle un beso a mi madre, ni para mimar a mi perro, para éso, me bastaba con acercarme mucho a ellos.

Tampoco los guiñaba para reposar la vista en el horizonte, ni para ver las luces de las calles en navidad.



Porque todas esas cosas eran perfectas así.

Pero como el mundo de los mayores no estaba hecho para mis ojos, la "seño", mis padres y el oculista se pusieron de acuerdo en que tenía un exceso de potencia dióptrica, y que ningún exceso, por miope que sea, es bueno.

Entonces decidieron que delante de mis ojos debían poner unos cristales que modificasen mi excesiva realidad para adaptarla a la disminuida realidad de los demás.

Entonces lo que escribia la "seño" en la pizarra tomaba otra forma más cerrada, los chupaschups de Kojak no eran dispersos, las luces de la calle en navidad no tenían forma de estrella, y descubrí antes de aprender a nadar que mi hermano me tomaba el pelo con lo de "nado hasta la línea y vuelvo", y dejé de ser la niña de los ojos bonitos para pasar a ser "gafitascuatrojoscapitanadelospiojos".

Y algunas de mis costumbres fueron cambiando, dejé de guiñar los ojos para leer el nombre de una calle, para saber quien venía por la acera de enfrente, para leer libros de mayores.



Pero aún hay muchas costumbres que no he cambiado, y me gusta besar sin lentes, me gusta acercarme mucho para ver las fotos o las letras que me gustan, me gusta ver las calles en navidad sin ningún trasto entre la calle y mis ojos, y me sigue importando un carajo saber quien va por el otro lado de la calle.

Eso si, si percibo que levantan la mano y me saludan, aunque me importe un carajo, guiño los ojos para reconocerla, y aunque no consiga adivinar sus facciones, respondo con una sonrisa.



*=.

sábado, 11 de julio de 2009

Juan Repiso



.
.
Se llamaba Juan Repiso, por uno de los siete "niños" de Écija que cantaba el Romance de la Diligencia de Carmona.




Remolino en el camino,
siete bandoleros bajan
de los alcores de El Viso
con sus hembras a las ancas.



Juan Repiso era negro, pequeño, macizo y apretao como una morcilla. Cuando yo le conocí ya era viejo y no quería jugar con nosotros. Pero adiestrado por la agüela, no nos dejaba ni a sol ni a sombra. Que tirábamos pa'l río, pa'l río tiraba Juan Repiso. Que íbamos a la vega, la vega que iba Juan Repiso, cebao cómo una morcilla, con su cabeza gorda y sus paticas cortas.




Cruza pronto los palmares.
No hagas alto en las posadas.
Mira que tus huellas huellan
siete ladrones de fama.



Dormía en el corral, porque "los animales no son personas, por eso comen si sobra y por eso duermen al sereno".



Supongo que me movía el cariño que le tenía a Juan Repiso, por eso cuando mi agüela nos contaba la historia de cómo llegó a la casa, yo le decía que Juan Repiso debía haberse llamado como el otro "Capitán", Luis de Vargas.



Pero mi agüela decía que Juan Repiso no tenía pintas de capitán. Tenía pintas de bandolero, y por eso le pusieron el nombre.




Ellas, navaja en la liga,
ellos la faca en la faja.
Ellas, la Arabia en los ojos,
ellos, el alma a la espalda.


.


Durante unas vacaciones en el pueblo, fueron a hacer una visita a un cortijo vecino y se lo encontraron en el camino de vuelta. Mi hermano mayor lo acarició, y Juan Repiso les siguió hasta el pueblo.



Cuando llegaron a la casa, la agüela lo despachó, pero a la mañana siguiente, el perro seguía a la puerta de la casa. Y mi hermano, a pesar de la bronca que le echó mi agüela, le dió un trozo de pan seco.



Decía mi agüela que por la manera en que engullía se iba a llamar Tragabuches. Pero a mi hermano le dió pena ponerle ése nombre, y por eso le llamó Juan Repiso, como otro bandolero del romance.




Tragabuches, Juan Repiso,
Satanás y Malafacha,
José Candio y el Cencerro
y el Capitán, Luis de Vargas



Pasaron las vacaciones, mi hermano volvió a Barcelona y mi agüela se quedó otra vez en el pueblo. Pero ahora ya no estaba sola, que estaba con Juan Repiso.




Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas.
El que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla.


.




Y cada año, cuando íbamos a verla, ella nos veía más grandes, y nosotros la veíamos más vieja. A ella y a Juan Repiso, que caminaba con paso lento detrás nuestro verano tras verano.



Un año, Juan Repiso ya no estaba más.



"El mal camino hay que andarlo pronto. Que Juan Repiso se ha muerto"



Así, sin más.



Así decía mi agüela las cosas que dolían, pronto, de frente y sin adornos.



Era extraño caminar por las calles del pueblo sin la sombra de Juan Repiso a la espalda, sin oir sus patas lentas andar en el empedrao...



Y mi agüela se hacía la dura, pero yo sé que también echaba de menos a Juan Repiso.
.
.

viernes, 26 de junio de 2009

¿Te cuento?

La remor del mar a l'alba i una platja plena d'algues
que aniràn assecant-se al sol em parlen de Marta.
.
Marta, de Joan Manuel Serrat


Cuando vuelva, te contaré de cielos libres.

Te hablaré de las puestas de sol más primitivas.

Te explicaré con detalle de ingeniero el vuelo de las gaviotas.

Te desnudaré los amaneceres hasta que los puedas notar por los poros.

Te bostezaré de las playas perezosas que se quedaron dormidas al sol.

Te respiraré tan cerca que notarás el aliento de los pinos y las algas en la frente, resbalando hacia las orejas y buscándote cogote abajo.

Te contaré la leyenda de la muralla, de la cueva, el faro y la ermita.

Te arañaré los acantilados en las rodillas, se te clavarán algunas rocas, como si fuesen pregunta, te agarrarás a otras, como si fuesen respuesta.

Te marearé con las olas que vienen, las olas que se van, las olas que se quedan y que dejan de ser olas para siempre.

Te dejaré ver en mis ojos trozos de mar transparentes y claros, profundos y salados como ellos...

.


Y cuando tu llegues, si no encuentras tal y como te he lo contado, haz como yo.
Disimula.

sábado, 13 de junio de 2009

Denis el 9 de junio de 2007

.

.

La luna llena sobre París
ha convertido en hombre a Denis


De nada servía cerrar las ventanas, ni encadenarse a las barras que hizo poner en su habitación.

Si la luna es capaz de provocar mareas en el mar... ¿por qué demonios iba a comportarse con él como una dama?

De madrugada, por las calles de París resonaban sus aullidos.
Le dolía el cuerpo lleno de heridas nocturnas de las que no guardaba memoria diurna.

Y pensaba en el absurdo de almacenar heridas sin memoria.

Porque toda herida que se precie debería tener su historia.

Amanecía cansado, con la ropa y la garganta destrozadas.

Mantenía la esperanza de ser mordido por el Mago del Siam, que convierte en hombres mortales a los lobos.

Pero el Mago nunca apareció.

Y Denis, noche a noche seguía intentando esquivar su destino.

Hasta que la encontró.


Tuvo que hacerlo. No había más remedio.


Ahora Denis por fin puede dormir por las noches.


.

Don marcial el 24 de mayo de 2007

.

.

Casi no fué a la escuela.

Aprendió poco de letras.

A escribir su nombre apenas.


Hay quien aprende a leer con caligrafías, y él leía novelas de "valientes".

Despacito.

Atrancándose con esas palabras difíciles que nunca oyó pronunciar hasta que llegó la televisión.

Porque no me cabe la menor duda de que en el pueblo, o al menos en el entorno familiar, nadie había pronunciado jamás las palabras "dólares", "sigilosamente", "sheriff", "estupefacto", "Wyoming"o "astucia".


Y con el paso de los años, se leyó enterito (como dice la canción) a Don Marcial Lafuente.
.

Y por eso hoy me acuerdo del que escribió las páginas de más de 2.600 historias de valientes vaqueros de nombre Joe, aguerridos pistoleros del norte llamados Richard y hermosas damas del sur que atendían por Lupe "Colt" y que hicieron soñar a mi viejo y a un montón de currantes más.

Si Don Marcial aún viviese, seguramente tendría una página web y se llamaría http://www.escopetero.com/.


Y quien sabe, tal vez tendría un blog.

Y mi padre, sin duda, sería un bloguero más cabalgando sobre las palabras.

.
.

Sueños del 21 de mayo de 2007

.
.
Por la noche, cuando te vas a dormir, agotada, pensando en esa lavadora que te olvidaste de poner y donde está el pantalón que querías llevar mañana para la reunión.

Indignada, pensado en la extraña mirada del tipo del bar, que andaba repasando a cualquiera que pasase por delante y que te ha dejado en cueros mientras aguantabas tan dignamente cómo podias tu taza de café entre las manos.Me dá que llevaba alguna copa de más...

Triste, pensando en las cosas que no tienen remedio, como el ojito derecho de papá...(egocéntrica... siempre creí que era yo).Mañana le operan de nuevo...

Risueña, pensando en la transformación que ha hecho tu cara cuando tu hijo ha empezado la frase diciendo "¡He ganado el partido mamá!" y la ha acabado diciéndote "¡Con dos cojones!" . (Creo que la emoción le ha hecho olvidarse de que hablaba con su madre...)

Derrotada, pensando en ese problemazo que se te presentó el martes por la tarde y al que no te ves capaz de darle solución...

Ilusionada, pensando en esas entradas del concierto que son para tí, que nadie te va a quitar, porque están dentro de un sobre, que está dentro de un libro, que está dentro de un cajón, que está dentro del mueble, que está dentro de la sala, que está dentro de tu casa...aunque nunca, jamás quisieras matar a esos Dos pájaros de un tiro.

Perezosa, pensando que mañana te vas a acostar como muy tarde a las 11 y vas a recuperar todo el sueño que dejaste por ahí, en la familia, en la casa, en la peña, en los blogs, en el curro, en secuestros maravillos y en rescates...

Cuando te vas a dormir... entonces todas las cosas que te preocupan, te entristecen, te alegran, te hacen soñar, o te devuelven los pies a la tierra, todas, absolutamente todas, se mezclan y se confunden.

Y el resultado es un extraño cocktail, que en cuanto te desperezas, si no te pones a recordar enseguida, desaparecerá entre las redes de los mundos en off y jamás volverá a ser recordado.

domingo, 7 de junio de 2009

Tengo todas las respuestas

.

Si señor, las tengo.


Nunca hablo de ello. Nunca se me ha preguntado correctamente por ninguna de ellas.


Pero sé que las tengo.


Y no una, ni dos, ni tres. Las tengo todas.


No es prepotencia, no, es todo lo contrario a la prepotencia.

Pero si nadie me pregunta de forma correcta qué palabra define lo contrario de la prepotencia, nunca jamás lo podré decir, y será una respuesta más a añadir a las miles de respuestas que esperan ser preguntadas.


Sé que tengo miles de respuestas prisioneras en miles de cofres cerrados bajo llave.


Sólo necesito una buena pregunta, encerrada entre dos llaves perfectas...



Tal vez ésta sería una buena pregunta para alguien que tuviese todas las preguntas, pero no para mí.


Porque yo no tengo todas las preguntas.


Para mi desgracia, no tengo preguntas.


Tengo todas, absolutamente todas las respuestas, esperando una buena pregunta que pueda abrir la caja donde guardo todas las respuestas.
.
.

sábado, 6 de junio de 2009

¡Silencio, por favor!

.
Elle à quelque chose d'un ange...

Y al darme cuenta, no me quedó otra que cerrar la boca, mis prejuicios, mi insumisión, mi supuesta "modernidad", y oírla solamente con el corazón.

¡Silencio, por favor!



¡Que no puedo escuchar!

Mireille Mathieu, celle de la voix si jolie.
.
.

Mi primera vez del 30 de abril de 2007

.
Esta tarde es para mí. Sólo para mí.

Preparo con cuidado mis toallas, mi ropa, jabón, mascarilla para el pelo, crema hidratante, pinzas de depilar, estuche de pedicura, cremas…
Me daré una ducha rápida. Tengo mucho que hacer…

Dejo que el agua empape mi pelo por completo… es lo que más tarda. Dos enjabonadas.

Luego me pongo la mascarilla, para que haga efecto mientras me dedico a poner a tono el resto del cuerpo.

Cojo ese guante que rasca… No me gusta nada usar el guante de que rasca. Pero todo sea por mis células...

Pienso de nuevo que esta tarde es para mí.

Así que me quito el guante exfoliante, me pongo el jabón en las manos y empiezo a extenderlo por todo el cuerpo.

Y mientras me pongo jabón, pienso de nuevo “Esta tarde es para mí”, y con el pie pongo el tapón de la bañera, me siento en el fondo y me tumbo hacia atrás, dejando que el agua me cubra.

Mis manos se frotan la una a la otra, despacio, por fuera, por la palma, la parte interior de las muñecas, los brazos, las axilas, las piernas, las ingles, las rodillas y entre los dedos de los pies…

Miro mis piernas y actúo.

Como si fuese una película, me divierto doblando las rodillas y estirando el pié de la forma más sexi posible, y me entra la risa.

Miro mis senos… convertidos de pronto en panderetas… y me sonrío mientras pienso en los skateboards.

Mi estómago, mi ombligo, mi vientre… ya casi los cubre el agua. Me entretengo, y con las yemas de los dedos repaso cicatrices. El agua me envuelve.

De pronto noto el roce unas manos que salen de la bañera y acompañan a las mías, acariciando mi vientre.

Rápidamente separo las manos de mi cuerpo… Me avergüenza que otras manos toquen mi vientre.

Meto las manos en el agua y noto que ya no puedo moverlas, que hay otro cuerpo bajo el mío, cálido, un cuerpo que no puedo ver, pero que presiento, y apoyo mi cabeza en su hombro mojado, y me dejo llevar por sus manos, que siguiendo el camino que las mías le enseñaron, me acaricia despacio… el cuello, los senos, el vientre, el sexo…

Me siento extrañamente confusa, casi vencida… Intento apartar sus manos de mi sexo. Nunca me detuve en él más de lo necesario.

Nunca he experimentado esas sensaciones que me cuenta mi amiga Maica calificándolas de “increíbles”, nunca me llamó la atención esa auto-investigación, y tal vez por eso, en las reuniones de tupper-sex a las que he ido, y que por supuesto, no son a las que va David Beckham, no he pasado de echarme unas risas y acabar comprando alguno de esos aceites esenciales…

Y tal vez por la educación recibida, me incomodan esas manos que delicadamente, pero con contundencia, me despliegan pliegue a pliegue e intentan que mis piernas se abran…

Estoy vencida, no puedo mover mis manos, que siguen pegadas al fondo de la bañera.

Noto que mi cuerpo se abre, que mi espalda se arquea y se tensa como un interrogante, que mi nuca se clava en el hombro de ese ser sobre el que estoy tumbada, y que ahora, cuando he abierto los muslos, deja de hurgar en mi, cómo si mi sexo antes cerrado, ya no fuese el centro de sus intenciones, y me toca las rodillas, despacio, mientras el corazón me late en el vientre.

Veo como el agua que ha quedado en mi ombligo como un charquito de lluvia, se mueve por impulsos internos que no puedo controlar, como el tic-tac de un reloj desacompasado. Siento que mis entrañas se contraen haciendo bailar el agua de mi ombligo. Deseo esas manos en mis pechos, deseo esas manos en mi sexo, deseo… ese deseo que no conocía. Deseo.

El agua sigue subiendo, no puedo cerrar el grifo, pero no me importa. .

¡Que se inunde el baño, la casa, que se inunde el mundo entero! Y yo con él..

Sólo quiero sentir ese latido por dentro, ese temblor en las rodillas, en los muslos, esas manos que no dejan ni un solo centímetro de mi cuerpo huérfano de caricias.

Doblo las rodillas y hundo la cabeza en ese cuerpo de agua, donde ahogo un pequeño grito de placer, esperando que mi respiración se calme... y me quedo así unos segundos…

Me falta el aire, y piso con fuerza sus pies contra la pared de la bañera..

Siento que se tensan con los míos, y siento de nuevo toda el agua como unos grandes brazos, que me recogen, que me abrazan tanto que temo que me han abrazado hasta el alma.
.

Mis botas de agua del 20 de abril de 2007


.

.

Mis mejores botas, las que llevo más a gusto, no me hicieron daño ni siquiera la primera vez que me las puse.


Sólo las uso en verano, aunque me gustaría ponérmelas todos los días. Son tan bonitos...


Son fresquitas, y sin ser unos geox, mis pies respiran por todos los poros.


No son de piel... no.


Aunque no tienen nada que envidiar a la piel.


Su tacto es suave, suave... más que la piel.


Y no hablemos de lo saludables que son...


Además de tener unas plantillas de esas que te dan masajes al andar, tienen impregnadas un monton de sales y yodo, que cicatrizan las heridas que otros zapatos te hayan podido hacer en los pies...


Si te dejas, son capaces de curar también las heridas del alma...


Si las miras de cerca, tienen un color extraño, transparente...


Son tan maravillosas que, si los miras de lejos, puen variar, como el color de los ojos, gris, azul celeste, turquesa, verde, y hasta negro, cuando me las calzo de noche.


Las puedes encontrar en muchos lugares, pero... no están en venta.


Son talla única, pero se adaptan a cualquier horma.


Para podértelas poner, no necesitas dinero, sino tiempo.


Y como al final, una imagen vale más que mil palabras, os enseño una foto de mis botas de agua.


Este finde me las pondré por primera vez este año...
.


¿Bonitas, eh?
.

Domingo de ramos del 1 de abril de 2007

.

.

Mi madrina me ha comprado la palma. Mi madre me ha comprado un lazo nuevo para el pelo. Mis primos llevan ramas de laurel, y el cura nos ha bendecido las palmas y las ramas.



Hemos vuelto de misa con ganas de quitarnos la ropa nueva para irnos a jugar al "descampao". Pero dice mi madre que primero hay que ir al retratista, para que nos haga una foto. Claro, no se viste una así todos los días...



Nos hemos puesto pá la foto en el coche de Pepe. Como se lo rallemos nos mata... Está con su cocheeeee...


Don Melitón tenía tres gatos

y los hacía bailar en un plato



¡Que nervios, que nervios!

Isabelita ya está en el descampao, con las botas puestas y las gomas para jugar... y me mira haciendo muecas.


y por las noches les daba turrón
¡Que vivan los gatos de Don Melitón!



Ha encontrado el sitio donde su madre guarda las aspirinas infantiles, ésas que saben a naranja... Ayer nos comimos dos cada una.

Isabelita me mira y hace como que se está comiendo otra... "Isabelita, no me mires más, que me dá la risa...".

Mi primo quiere irse ya, porque el Salva acaba de llegar con la bici.

¡Vamos!
¡Tonto el último!
..
..

viernes, 5 de junio de 2009

Revelado del 11 de marzo de 2007


.
.
Llevaba tantos años guardándola...
No tengo más. Es la única.
La dependienta... ¡qué estúpida y qué borde!
Y mira que se lo he explicado de mil maneras.

"Yo no sé de cosas digitales, chica. ¡Pero veo la tele!".

Le he dicho que si ellos no podían, que me dijese dónde me lo podrían hacer, que no me importa ni el dinero ni si hay que desplazarse.

Y le he dado todos los detalles.

Que tenía un diente montadito encima del otro de una forma tan graciosa...
Que cuando se reía se le hacían arrugas a los lados de la nariz y que yo le decía que sería un viejo de nariz arrugada.
Y que me hacía reir... que siempre me hacía reir.
Que cuando nos mirábamos un rato largo, se ponía muy serio, y entonces era como si no me hubiese visto nunca... y a mi se me aflojaban las rodillas...
Que tenía los ojos mas oscuros que he visto en mi vida.
Pero a pesar de todos los detalles, no lo ha entendido.

Y me ha mirado como si yo estuviese loca.

He metido la foto de nuevo en el sobre.
Y el sobre en mi bolso.
Y he salido de la tienda.
Y entonces ha sido cuando me he puesto a llorar...



¿Alguien sabe dónde me podrían definir esta foto?

Yo quería ser un cubo

Desde que tengo uso de razón yo quería ser un cubo.
Pero sólo con mirarme bastaba para saber que nací bola. 
Si alguien pasaba por mi lado, sólo con el aire que desprendía al andar, yo empezaba a rodar y rodar sobre cualquier superficie.
Y mi pero pesadilla infantil eran las pendientes. Fuesen como fuesen yo siempre acababa rodando cuesta abajo, o incluso cuesta arriba, aterrorizada  por no saber si al final de la cuesta me caería al vacío.
Nunca conseguí estar firme y segura, a no ser que mi entorno fuese plano, planísimo... sin sorpresas, agujeros ni cuestas. 
Y envidiaba a los cubos, las pirámides puntiagudas, los cilindros, que aparentemente se parecían a mi... pero ellos tenían base.
Y cuando veía aquellas figuras, tan bien plantadas en mitad de las cuestas, fantaseaba con sus hermosas aristas y le decía a mi madre "Mama, ¿y a mi cuando me crecerán las aristas?".
Mi madre, que nació bola como yo, por aquellos entonces era un hermoso cilindro, y me decía: "Te harás mayor, pero si no te rompes, no tendrás aristas". 
Y yo, que soy adicta a la belleza en todas las expresiones, también tengo fobia al dolor en todas sus expresiones... y no me quería romper.
Muchas noches soñaba que era un cubo. Soñaba que, sin dolor, me crecían aristas tímidas y puntiagudas, y que me convertían en algo especial. 
Veía las aristas tomando forma en mi esfera, despacito, hasta convertirse en ángulos bellos y perfectos que lo cambiaban todo.

Cambiaban la manera de conjugar todos mis verbos: la manera de sentarme, de caerme, de creerme, de moverme, de salirme, de perderme, de escribirme...  de escribir, de perder, de salir, de mover, de creer, de crecer, de caer, de reír, de vivir... 

No me he roto, y no hay sorpresa final. 
Soy exactamente lo que se veía venir. Una bola. Firme, redonda y absolutamente lisa.
Ya no envidio las aristas pero... me siguen pareciendo preciosas, extrañas, seductoras, enigmáticas y profundamente atractivas.
Cuando la vida (o la inercia) me lleva por cuestas o barrancos, ruedo como puedo, esquivando las rocas y los agujeros del suelo.
Y a veces, cuando encuentro alguna figura en el camino, le pido permiso, abro las orejas y me dejo caer un rato en una de sus rectas.
Y me impregno de sus vivencias...

Y así, ya nutrida, repongo energías para seguir rodando hasta la playa a donde descansan las esferas.

domingo, 31 de mayo de 2009

Soneto para tu mano el 9 de marzo de 2007


.
.
.

Ayer me dí cuenta, vida,
que cuando sales del cole
ya no buscas mis bolsillos
ni te llevo la mochila.

Que tristeza, corazón.
Que tristeza y que alegría
recibir tus mil mimitos
sólo cuando no hay visitas.

Y que alegría, alma mía,
ver que se van alargando
aquellas manos gorditas.

Y que penita, mi amor,
cuando veo que tus manos
ya no caben en la mías...



A mi niño, que se me ha hecho mayor como si tuviera tanta, tanta prisa...

La cajita del 22 de febrero de 2007

.
.
.
La cajita
.

Cuando nació sus padres lo proclamaron a los cuatro vientos. Y los cuatro vientos, cotillas como ellos solos se encargaron de transportar la buena nueva por todos los rincones de la tierra. Y de todos los confines fueron llegando visitantes al castillo, con presentes para agasajarla.

Vinieron todas las hadas.

Y vinieron todos los magos.

Cada uno traía un regalo.

Y a cada regalo se oía un “Ooohhh!” del resto de los asistentes.

Pero sin duda, el regalo más extraño fue el que le hizo el Pequeño Mago Grandón. Era tan pequeño y tan grandón que fue el último en entregar su regalo.

Era una caja. Una simple caja de madera.

Sólo se oyeron un par de “Oooohhh!” de algun despistado que no alcanzaba a ver lo que sus manos ofrecían a la niña.

El Pequeño Mago Grandón dijo:

“Es una caja para guardar las distancias”.
“Con ella podrás mantenerte a salvo. Cuando creas que debes alejar tus cosas íntimas de alguien, imprescindiblemente deberás tratarle de usted, e irremediablemente guardar las distancias con esa persona metiéndolas en esta cajita”.


Y ella, que desde su cuna no entendió demasiado bien el significado del regalo, no guardó ninguna distancia mientras fue pequeña.

Durante la adolescencia, alguna vez guardaba alguna distancia. Pero la volvía a sacar rápidamente.

Pero cuando creció y se hizo mayor, cada vez se hacía más reservada, y el guardar distancias se convirtió para ella en una costumbre que la mantenía a salvo. Y empezó a guardar distancias con todo el mundo.

Un buen día decidió mirar lo que había en su cajita. Y había guardado tanto las distancias que en su caja había distancia como para recorrer toda la tierra, al menos siete veces, navegando incluso por los siete mares sin fondo, los mil colores invisibles del gran arcoiris, el país de las hadas sin nombre y hasta el séptimo cielo .

Pero jamás hizo ningún viaje, porque ante una caja tan llena, se encontraba tan vacía que no le quedaban ni ganas de viajar.




Dedicado al Pequeño Mago Grandón, que me trajo la inspiración para este cuento.