sábado, 18 de julio de 2009

Guiños miopes

Cuando era pequeña guiñaba los ojos para reconocer a quien venía por el otro lado de la calle, para leer lo que escribía la "seño" en la pizarra, para saber si era verdad que mi hermano nadaba hasta la línea de la playa y volvía, para ver las chuches de la estantería del kiosco.

Pero nunca los guiñaba para ver los dibujos de mis cuentos cosidos, ni para darle un beso a mi madre, ni para mimar a mi perro, para éso, me bastaba con acercarme mucho a ellos.

Tampoco los guiñaba para reposar la vista en el horizonte, ni para ver las luces de las calles en navidad.



Porque todas esas cosas eran perfectas así.

Pero como el mundo de los mayores no estaba hecho para mis ojos, la "seño", mis padres y el oculista se pusieron de acuerdo en que tenía un exceso de potencia dióptrica, y que ningún exceso, por miope que sea, es bueno.

Entonces decidieron que delante de mis ojos debían poner unos cristales que modificasen mi excesiva realidad para adaptarla a la disminuida realidad de los demás.

Entonces lo que escribia la "seño" en la pizarra tomaba otra forma más cerrada, los chupaschups de Kojak no eran dispersos, las luces de la calle en navidad no tenían forma de estrella, y descubrí antes de aprender a nadar que mi hermano me tomaba el pelo con lo de "nado hasta la línea y vuelvo", y dejé de ser la niña de los ojos bonitos para pasar a ser "gafitascuatrojoscapitanadelospiojos".

Y algunas de mis costumbres fueron cambiando, dejé de guiñar los ojos para leer el nombre de una calle, para saber quien venía por la acera de enfrente, para leer libros de mayores.



Pero aún hay muchas costumbres que no he cambiado, y me gusta besar sin lentes, me gusta acercarme mucho para ver las fotos o las letras que me gustan, me gusta ver las calles en navidad sin ningún trasto entre la calle y mis ojos, y me sigue importando un carajo saber quien va por el otro lado de la calle.

Eso si, si percibo que levantan la mano y me saludan, aunque me importe un carajo, guiño los ojos para reconocerla, y aunque no consiga adivinar sus facciones, respondo con una sonrisa.



*=.

2 comentarios:

  1. Mira que eres tierna trastito.... dame un abracito borroso mujer... :D

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  2. ¡Mecachis que hasta has cambiado de blog y yo sin darme cuenta! ¿Será que no he guiñado suficientemente los ojos?
    Si es que trabajo demasiado, grrrrr

    Yo es que llevo gafas desde los tres añitos, así que ya ni recuerdo lo que es tener solo dos ojos.
    Besitos/azos.

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