domingo, 13 de septiembre de 2009

Influenza: flu

Es cuando llega el frío.

No el fresquito, no. El fresquito es sólo el preludio de mi alegría especial.

Es cuando llega el frío de verdad cuando me entra esa alegría especial.

La gente me pregunta por qué, pero yo no cuento nada, para que no se rían de éste antigüo secreto que me hace reír.

Y es que es inevitable.

En cuanto empiezo a notar que los tejados están blancos por la mañana, y que en cuanto salgo por la puerta mi aliento se convierte en humo, me entran ganas de reír y de cantar.

Y es el colmo de la felicidad cuando noto aquel picorcillo tan esperado y familiar en la garganta, y el olor del frío que se cuela por mi nariz y llega hasta mi frente, justo entre las cejas.

No, no. No es que me ponga en manga corta para provocar la llegada de los estornudos y de los ojos vidriosos. Espero que la sensación llegue por su cuenta. Es más bonito así.

Y cuando toda mi cara es la imagen viva de una congestión, cuando la cabeza está pero no está, entonces es cuando mi alegría es mayor. En el trabajo, entre estornudo y tos, tarareo una canción. Almas bienintencionadas me ofrecen una aspirina y o un frenadol que por supuesto agradezco y rechazo con una sonrisa.

Porque es entonces cuando llega la sensación, la bella sensación esperada desde el año anterior y que se reproduce invierno tras invierno desde hace ya muchos inviernos.

Dos palabras. "¿Te acompaño?".

Dos en plena calle, dos en pleno frío.

Dos esquinas antes de llegar a mi casa.

Dos horas de secretitos, dos bajo una farola apagada.

Dos cuerpecitos temblando, el mío, no era temblaba de frío.

Dos almas, dos puños apretados en los bolsillos de la chaqueta.

Dos manos curiosas en mi espalda.

Dos narices inexpertas que se chocan torpemente, ahora a la derecha, ahora hacia la izquierda...

Y un amor de resfriado que nació en una tarde para contagiarme el recuerdo de cada invierno...

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2 comentarios:

  1. ¿Es, entonces, el amor un moco gigante?...

    Perdón, por romper el romanticismo.

    Besos.

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  2. Pero demonio de NÁUFRAGO.
    ¿Es que no has visto el cartel de la puerta?

    "Si rompes, pagas"

    ¡Aaaahhh... se siente!

    Besos

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